A veces, aunque haya una sentencia, la realidad es que no siempre se respetan los acuerdos. A lo largo del tiempo, pueden aparecer nuevas circunstancias que dificultan llegar a un acuerdo y entonces es cuando la comunicación falla y surgen resentimientos y emociones que impiden llegar a un consenso.
En esas circunstancias , cuando el conflicto ha estallado y no podéis llegar a un acuerdo, la mediación familiar puede ser tu opción.
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